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martes, 20 de julio de 2010

Que linda es la vida


Hacía ya rato que no me sentaba a escribir, esto no se debía a que careciera del tiempo necesario para hacerlo sino más bien a que tenía a mis neuronas en huelga general, o vacaciones sin goce de sueldo, suspensión, o algo por estilo.
Por suerte la política nacional siempre está lista para pegarte una patada en las pelotas o en las neuronas en este caso. Es así que después de la euforia popular por la aprobación de la ley que devuelve derechos a las personas que poseen una orientación sexual distinta de la que prescribe la santa iglesia católica, me desayuno con que un gran representa de la burguesía nacional carroñera, cómplice y beneficiaria de la dictadura más cruenta que me hemos sufrido en este país, el señor Franco Macri pone las manos en el fuego por este gobierno yendo aun en contra de su propio hijo.
Revisemos un poco la historia. Lo que permitió en la Argentina que los ingresos de los trabajadores superaran el 50% del PBI fue la industria nacional, la centralidad del mercado interno, el monopolio estatal de los recursos naturales, la nacionalización de la economía, en fin gente: Independencia económica, Soberanía política y Justicia social. Cada una de las banderas históricas del peronismo han sido destruidas por gobiernos militares ligados a interés extranjeros y por gobiernos democráticos que a veces con las mejores intenciones, a veces por incapacidad y otras como parte de un perverso plan entregado el manejo de los principales resortes de la economía a manos del capital internacional.
El problema no es ahora quien detente el poder del estado, no es que Kirchner o Cristina sean buenos o malos, que roben o no; el problema es quien posee el poder real. Está en manos de las oligarquías agrícolas e industriales ligadas con intereses internacionales y subordinadas a ellos. Mientras estas condiciones materiales no cambien, seguirá habiendo desempleo, pobreza, hambre, desocupación, violencia, etc., etc., etc.
Recuperando un poco el aliento e intentando no llegar al corchazo, les dejo una reflexión: aunque creo que el Kirchnerismo ha hecho o, al menos, ha intentando algunas políticas que podríamos llamar redistributivas, populares, democráticas. No soñemos nada raro, si Franco Macri pone las manos en el fuego por este gobierno, los que nos quemamos somos nosotros.